EL JARDINERO DE LA MONTAÑA, EN PELIGRO
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Santa Catarina Yetzelalag, Villa Alta.- Le llaman el jardinero de la montaña porque es un gran dispersor de semillas y, al ser un herbívoro ramoneador, le da mantenimiento al bosque; sin embargo, el tapir se encuentra en peligro de extinción.
El tapir ya desapareció en cuatro estados del país. Aquí en Oaxaca, en Santa Catarina Yetzelalag, agencia del municipio de Villa Alta, en la Sierra Norte, fue descubierto por los pobladores hace cuatro años y desde entonces la zona donde deambula se convirtió en área prioritaria de conservación; la defensa de la región se refuerza, además, por la presencia de mono araña, puma, hocofaisán, tigrillo, entre otras especies en riesgo de desaparecer y amenazadas.
Una de sus principales causas del riesgo para la especie es la caza. El tapir ha sido víctima de captura y persecución de cazadores por mucho tiempo, esto se incrementa conforme crece la demanda de alimentación de la población; otra consecuencia de estar bajo amenaza de extinción es la fragmentación de su hábitat, el bosque mesófilo, por actividades ganaderas y agrícolas. “Al ir dividiendo el territorio, vamos fragmentando el hábitat de la especie”, explica Edgar Martínez Agama, represente de la asociación civil Biodiversidad y Desarrollo Social (Biosoc).
Se reduce su hábitat
La distribución histórica de este ungulado incluyó gran parte de las áreas tropicales húmedas del sur y sureste del país. Sin embargo, en la actualidad esta especie solamente está presente en algunas extensas áreas silvestres de los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, QuintanaRoo, Veracruz, y posiblemente Yucatán y Tabasco, según datos de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (Conanp).
Algunos estudios, advierten que el tapir ya desapareció en Guerrero, Veracruz, Tabasco y Yucatán; actualmente, sus poblaciones se encuentran en Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Campeche, afirma el biólogo de la Conanp, José Santiago Velasco.
Santa Catarina Yetzelalag posee 3 mil 300 hectáreas reconocidas y la población está en trámite para que legalmente cuente con la posesión y la carpeta básica. El 50 por ciento de su territorio es bosque mesófilo de montaña, un ecosistema que está también en riesgo por la presión generada por ganadería, principalmente.
Ganadería, la amenaza
En la comunidad hay ganadería en baja proporción, en promedio cada ganadero cuenta con ocho cabezas de ganado y cada uno tiene una superficie para la ganadería de alrededor de dos o tres hectáreas, dice Edgar Martínez. “El bosque mesófilo es de los más importantes, le llaman las esponjas naturales por lo que dentro de estos sistemas la mayor cantidad del agua se queda ahí y se distribuye a la cuenca. Se encuentra entre la parte alta de los bosques de coníferas y la parte baja de las selvas altas y medianas”.
El representante de Biosoc afirma que uno de los proyectos en la comunidad de conservación, tanto del tapir y las otras especies en peligro de extinción, así como del bosque es vincular el monitoreo bioló gico que reporta información científica y de especies en riesgo, y la aplicación con la parte productiva y de preservación del medio ambiente. En el aspecto productivo, detalla, es empezar a integrar con los ganaderos sistemas agrosilvopastoriles; es decir, dentro de sus potreros incluir pastos, árboles naturales, maíz y ganado sobre la superficie de potreros que ya existe y que ocupan alrededor del 10 por ciento del territorio.
“Que no sigan avanzando con superficie para potreros, pero lo que tienen convertirlo a estos sistemas que han funcionado.” Estos esfuerzos de la comunidad empezaron en el año 2012, cuando formaron parte de la organización Unión de Comunidades Zapotecas y Chinantecas. “Tuvimos la posibilidad de contar con recursos. La primera vez que nos apoyaron fue con una cámara que colamos en el cerro, por ello apareció el tapir e interesó,” dice Antonio Mendoza Aguilar, quien fungió como presidente del Comisariado de Bienes Comunales, en esa época. Posteriormente recibieron otro apoyo de 200 mil pesos para la adquisición de cámaras foto trampas, con las que realizan el monitoreo biológico.